martes, 23 de diciembre de 2014

El “por qué” de la investigación
La justificación de la investigación
El ‘por qué” de la investigación constituye la justificación. La justificación alude a las razones que llevaron al investigador a seleccionar el tema en cuestión. Estas razones sirven de fundamento para realizar el trabajo y pueden estar sustentadas en:
  • Necesidades
  • Motivaciones
  • Intereses
  • Inquietudes
  • Potencialidades
En capítulos previos se mencionó que una investigación puede iniciarse por la detección de una serie de necesidades vacíos o dificultades que el investigador percibe en una situación o contexto determinado El darse cuenta de que una situación no se desarrolla según lo esperado o lo deseado forma parte de lo anterior. En tal caso, la argumentación detallada de las necesidades que han originado la investigación constituye la justificación, y da al investigador los elementos necesarios para formular los objetivos.
Así mismo, una investigación puede surgir por la existencia de motivaciones de diversa índole, intereses o inquietudes. También pueden iniciarse por sugerencia de otras personas involucradas en investigaciones más amplias que requieren de continuidad o complemento. Otra manera de iniciar investigaciones es a través de la detección de potencialidades, tanto del contexto en el cual se realiza el estudio, como las posibilidades metodológicas novedosas. Todo esto justifica la investigación.
La justificación permite explicar la importancia del tema seleccionado y de la investigación a realizarse, considerando su relevancia social, científica, personal, institucional, entre otras. Una justificación debe responder a los por qué de la investigación: por qué ese tema, por qué esos eventos de estudio, por qué esas unidades de estudio, por qué ese contexto, por qué ese nivel de investigación…
Hay que tomar en consideración los siguientes aspectos:
a) La relevancia científica: Implica determinar las necesidades de carácter científico que de alguna manera motivan la investigación. Aspectos no investigados, carencia de estudios en el área, confusiones e interrogantes en torno a la temática, las cuales pueden ser resueltas con la investigación.
b) La relevancia social: Tiene que ver con la importancia de la investigación en el ámbito social y en la solución de los problemas humanos en el contexto específico donde se realiza el estudio, y si es posible, en contextos más amplios. Involucra la detección de situaciones sociales que de alguna manera hacen que se requiera la investigación.
c) La relevancia institucional: Aspectos relacionados con la institución patrocinante o solicitante, los cuales constituyan motivaciones para la realización del estudio.
El otro aspecto relacionado con la justificación tiene que ver con los antecedentes de la situación y las investigaciones anteriores realizadas en el área. Aún cuando esta información se desarrolla con detalle en el sintagma gnoseológico o en la fundamentación conceptual, para elaborar la justificación del estudio es necesario indagar sobre estos aspectos, pues si el asunto que le interesa conocer al investigador ya ha sido ampliamente investigado y resuelto, entonces no se justifica invertir tiempo, esfuerzo y dinero en algo que ya se conoce.
Es muy importante no confundir la justificación con los propósitos, aportes o logros de la investigación, es decir, no confundir el por qué con el para qué. La justificación debe redactarse de manera descriptiva aludiendo a las situaciones existentes que originan la investigación, y no a lo que se desea lograr o a los aportes, ventajas o consecuencias de la investigación.
No se debe confundir la justificación con los aportes o logros de la investigación.
La justificación (por qué) es anterior a la idea de investigar, los aportes (para qué) surgen después que la investigación está lista.
Aspectos que debe contener una justificación
En una investigación deben justificarse todos los aspectos de la pregunta. La justificación debe estar redactada de manera que quede claro cuáles fueron las necesidades, motivaciones, dudas, inquietudes y potencialidades que dieron lugar a:
 Ese tema de estudio: Es decir, de los numerosos temas que podrían haberse escogido, porqué se escogió ése.
 Ese evento de estudio: De los múltiples eventos que podrían haberse elegido dentro de ese tema, por qué se va a investigar ese evento en específico.
Esas unidades de estudio: De las diversas posibilidades en cuanto a unidades de estudio, qué cosas justifican que hayan sido ésas y no otras.
Ese contexto: cuáles son las razones que justifican que la investigación se esté haciendo en ese contexto, o en otras palabras, qué pasa en ese contexto que amerita que se haga una investigación.
 Ese momento: Por qué es oportuno hacer la investigación en ese momento en particular.
Ese holotipo de investigación: Se refiere a los motivos que justifican que la investigación se desarrolle en ese nivel, es decir, que sea descriptiva, comparativa, explicativa, predictiva… Este aspecto se basa sobre todo en aquéllas cosas que no se han investigado, dudas, vacíos, curiosidades.
La justificación debe constituir una argumentación lógica, coherente, fundamentada y convincente. Para ello es necesario apoyarse en referencias que permitan sustentar las afirmaciones que se hacen y no plantear ideas sin fundamento. El Infograma 5.1 ilustra de manera sencilla los aspectos que deben desarrollarse en cualquier justificación. Una manera sencilla de hacerlo es desarrollar cada aspecto por separado y luego organizar el texto en una secuencia lógica, de lo general a lo particular, añadiendo las referencias.

Importancia de la justificación
En cuanto a los beneficios de una buena justificación, Hernández Sampieri y otros (2003), afirman que el conocer los antecedentes relacionados con un determinado tema ayuda a:
o No investigar cuestiones que ya han sido ampliamente estudiadas, y menos desde el mismo enfoque. Un investigador puede abordar un tema ya estudiado siempre que enfatice un aspecto novedoso del mismo o le dé una perspectiva diferente a la ya trabajada, intente hacer aplicaciones en nuevos contextos o poblaciones, o lo integre en otro nivel o estadio de conocimiento más complejo. Por ejemplo, una temática puede haber sido investigada bajo la forma de estudios descriptivos o comparativos, entonces es pertinente desarrollar estudios posteriores explicativos, proyectivos o de otro nivel de complejidad.
o Estructurar más la idea preliminar de la investigación. El conocimiento de los antecedentes es uno de los aspectos que le permite desarrollar al investigador la delimitación del tema descrita en capítulos anteriores; además le proporciona ideas acerca de cómo aproximarse al fenómeno, qué instrumentos puede utilizar y cuáles procedimientos han dado resultado, entre otros aspectos.

o Seleccionar la perspectiva central desde la cual se abordará la investigación. Un mismo tema puede abordarse desde una perspectiva psicológica, sociológica, comunicacional, médica, antropológica, política, económica, educativa… Esto depende fundamentalmente de los intereses, las circunstancias y del área de disciplina del investigador.

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